viernes, 15 de julio de 2016

Conmemoración de Nuestra Señora del Monte Carmelo - 16 de julio


NUESTRA SEÑORA DEL MONTE CARMELO
IV clase, conmemoración.
En España, III clase. Gloria sin Credo. Secuencia donde esté permitida.

Nuestra Señora del Monte Carmelo, llamada comúnmente Virgen del Carmen, es una de las advocaciones marianas más populares. Su denominación procede del llamado Monte Carmelo, en Israel, un nombre que deriva de la palabra Karmel que  podría traducir como 'jardín', donde el Profeta Elías vivía con una pequeña comunidad de discípulos. Una gran sequía asolaba la región y el Profeta subió a la montaña para pedir lluvia y divisó una nubecilla de luminosa blancura de la cual brotaba el agua en abundancia; comprendió que la visión era un símbolo de la llegada del Salvador esperado, que nacería de una doncella inmaculada para traer una lluvia de bendiciones. Desde entonces, aquella pequeña comunidad se dedicó a rezar por la que sería madre del Redentor.
Aquella comunidad siguió su existencia a lo largo de los siglos. Según la tradición, la Virgen María todavía en carne mortal se les apareció y los alentó a seguir en esa vida de oración. Más tarde se construyó un templo dedicado a Ella. La devoción se extendió a Europa por los ataques musulmanes en Tierra Santa.
El 16 de julio de 1251, la Virgen del Carmen se apareció a San Simón Stock, superior general de la Orden, al que le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. Según es tradición la Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo, creencia que ha sido respaldada por los Pontífices.
La devoción mariana hacia la Virgen del Carmen se extendió a muchos países de Europa y América, destacando entre ellos España.
El formulario de esta fiesta es un filial homenaje a la Madre de Dios y Madre nuestra, la Virgen María, por su constante protección e intercesión por sus hijos. Ella es la madre del amor puro que promete la vida eterna a quien le ama. En las tres oraciones, la Iglesia no cesa de reclamar su poderosa intercesión. Destaca por su hermosura textual y musical la secuencia compuesta en sus primeros versos por San Simón Stock.
Pidamos a la Virgen que nos proteja siempre baja su manto y que en la hora de la muerte nos lleve cogidos de su escapulario al cielo.  
  
INTROITO Sal 44,2 
Gaudeámus omnes in Dómino diem festum celebrántes sub honóre beátæ Maríæ Vírginis: de cujus solemnitáte gaudent Angeli, et colláudant Fílium Dei.  
V/. Eructavit cor meum verbum bonum: dico ego opera mea Regi. V/. Gloria Patri.  Adeamus
Alegrémonos todos en el Señor  al celebrar la festividad de este día en honor de Bienaventurada Virgen María,  de cuya solemnidad se alegran los ángeles  y alaban a una al  Hijo de Dios.  V/. Entone mi corazón un bello cantico;  ofrezco mi canto al Rey.   V/. Gloria al Padre.










ORACION COLECTA 
Deus qui beatíssime semper Vírginis et Genetrícis tuæ Maríæ singulári título Carméli órdinem decorásti: concéde propítius; ut, cujus hódie Commemoratiónem solémni   celebrámus offício, ejus muníti præsídiis, ad gáudia sempitérna perveníre mereámur. Qui vivis et regnas cum Deo Patri in unitate Spiritus Sancti Deus per omnia saecula saeculorum.  R. Amen.
Oh Dios, que ennobleciste la Orden del Carmelo con el insigne honor de la bienaventurada siempre Virgen María tu Madre; concédenos propicio, que los que en este día  celebramos solemnemente su conmemoración, ayudados de su poderoso valimiento, merezcamos llegar a los goces sempiternos. Que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo, y eres Dios por los siglos de los siglos.  R. Amén.

















EPÍSTOLA  Eccli 24, 5  et 7, 9-11. 30-31
Yo soy la madre del amor puro 
LECTIO LIBRI SAPIEN-TIAE. Ego quasi vitis fructi-ficávi suavitátem odóris: et flores mei, fructus honóris et honestátis. Ego mater pulchræ dilectiónis, et timóris, et agnitiónis, et sanctæ spei. In me grátia omnis viæ et veritátis: in me omnes spes vitæ et virtútis. Transíte ad me omnes qui concupíscitis me, et a generatiónibus meis implémini. Spíritus enim meus super mel dulcis, et heréditas mea super mel et favum. Memória mea in generatiónes sæculórum. Qui edunt me, adhuc esúrient: et qui bibunt me, adhuc sítient. Qui audit me, non confun-détur: et qui operántur in me, non peccábunt. Qui elúcidant me, vitam ætérnam habébunt. R/. Deo gracias.
LECTURA DEL LIBRO DE LA SABIDURIA.  He dado, como la vid, graciosos retoños y mis flores han dado frutos de gloria y de riqueza. Yo soy la madre del amor puro, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza. En mí se halla toda la gracia de la doctrina y de la verdad, toda la esperanza de la vida y de la virtud. Venid a mí los que deseáis y hartaos de mis frutos, porque pensar en mí es más dulce que la miel y poseerme, más que el panal de miel. Mi memoria vivirá de generación en generación. Los que me coman tendrán aún hambre, y quienes me beban tendrán aún sed. El que me escucha no sufrirá decepción y los que obran por mí, no pecarán. Los que me dan a conocer, tendrán la vida eterna.




GRADUAL

Benedícta et venerábilis es, Virgo María quæ sine tactu pudóris invénta es mater Salvatóris. V/. Virgo Dei Génitrix, quem totus non capit orbis in tua se clausit víscera factus homo.
Bendita y venerable eres, Virgen María: que sin mancha de tu pudor, fuiste Madre del Salvador. V/. Oh Virgen, Madre de Dios: aquel a quien todo el orbe no puede contener,  se encerró hecho hombre en tus entrañas.








ALELUYA 
Allelúja, allelúja. V/. Per te, Dei Génitrix, nobis est vita pérdita: quæ de cælo suscipísti prolem, et mundo genuísti Salvatórem. Allelúja..
Aleluya. Aleluya.  V/. Por ti, Madre de Dios, se nos fue dada la vida perdida;  por ti que recibiste del cielo la prole  y engendraste para el mundo al Salvador. Aleluya.







SECUENCIA
(Sólo donde esté permitida)
1.         Flos Carmeli,  vitis florigera,  splendor caeli,  virgo puerpera singularis.
2.         Mater mitis  sed viri nescia Carmelitis esto propitia  stella maris.
3.         Radix Iesse  germinans flosculum nos ad esse  tecum in saeculum  patiaris.
4.         Inter spinas  quae crescis lilium  serva puras  mentes fragilium tutelaris.
5.         Armatura fortis pugnantium furunt bella  tende praesidium scapularis.
6.         Per incerta  prudens consilium  per adversa  iuge solatium  largiaris.
7.         Mater dulcis  Carmeli domina, plebem tuam  reple laetitia  qua bearis.
Paradisi  clavis et ianua,  fac nos duci  quo, Mater, gloria coronaris.  Amen. Alleluia.
1.         Flor del Carmelo, viña florida,  Esplendor del Cielo,  Virgen fecunda  y singular.
2.         Madre dulce,  intacta de mano de hombre, a los carmelitas se propicia, estrella del mar.
3.         Retoño de Jesé en quien germinó una flor para estar contigo  y padecer  por el mundo.
4.         Entre las espinas,  tú creces como lirio,  conserva limpias  nuestras almas,  cuida de los débiles.
5.         Armadura fuerte  de los que luchan,  en  la guerra furiosa  tiende la defensa  del escapulario.
6.         Concede  en la incertidumbre  prudente consejo,  en la adversidad  danos refugio. 
7.         Oh dulce Madre,  Señora del Carmelo,  llena a tu pueblo  de la alegría  que  tú tienes.
Llave y puerta  del cielo,  Oh Madre; haznos  ser coronados  en la gloria.  Amén. Aleluya.




























SANTO EVANGELIO Lc 11, 27-28 
Sequentia sancti Evangelii secundum Lucam.
In illo témpore: Loquénte Jesu ad turbas, extóllens vocem quædam múlier de turba, dixit illi: «Beátus venter, qui te portávit, et úbera quæ suxísti.» At ille dixit: «Quinímmo beáti, qui áudiunt verbum Dei, et custódiunt illud.»  R/. Laus tibi, Christe.

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas.
En aquel tiempo, hablando Jesús a las turbas, una mujer entre la multitud levantando la voz dijo: Bienaventurado el vientre que te llevo y los pechos que te amamantaron. Pero él dijo: Bienaventurados más bien los que oyen la palabra de Dios y la guardan.













ANTIFONA DEL OFERTORIO Jer 18, 20
Recordáre, Virgo Mater Dei, dum stéteris in conspectu Dómini, ut loquáris pro nobis bona, et ut avértat indignatiónem suam a nobis.
Acuérdate, oh Virgen Madre,  en la presencia de Dios,  de pedir bienes para nosotros,  y que aparte de nosotros su indignación.







ORACIÓN SECRETA 
Sanctífica, Dómine, quǽsumus, obláta libámina: et beátæ Dei Genitrícis Maríæ salubérrima intercessióne, nobis salutária fore concéde. Per Dóminum nostrum Jesum Christum Filium tuum qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus.
Santifica, Señor, te lo suplicamos, estas libaciones ofrecidas: y por la salubérrima intercesión de Santa María Madre de Dios, haz que sean saludables para nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios.








  
PREFACIO DE LA VIRGEN 
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Et te in conmemoratione beátæ Maríæ semper Vírginis collaudáre, benedícere, et predicáre. Quæ et Unigénitum tuum Sancti Spíritus obumbratióne concépit: et virginitátis glória permanénte lumen ætérnum mundo effúdit, Jesum Christum Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admítti júbeas deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable que en todo tiempo y lugar demos gracias, Señor Santo, Padre omnipotente, Dios eterno y alabarte y bendecirte y glorificarte en la memoria de la bienaventurada siempre Virgen María que concibió a tu Unigénito Hijo por obra del Espíritu Santo y permaneciendo intacta la gloria de su virginidad dio al mundo la luz eterna, Jesucristo Nuestro Señor. Por quien los Ángeles alaban a tu majestad, las dominaciones la adoran, tiemblan las potestades, los cielos y las virtudes de los cielos,  y los bienaventurados serafines la celebran con igual júbilo. Te rogamos que con sus alabanzas recibas también las nuestras cuando te decimos con humilde confesión:
























ANTÍFONA DE COMUNIÓN 
Regína mundi digníssima, María Virgo perpétua, intercéde pro nostra pace et salúte, quæ genuísti Christum Dóminum Salvatórem ómnium.
Dignísima Reina del mundo, María, Virgen perpetua; intercede por nuestra paz y salud,  tú que engendraste a Cristo, el Señor, Salvador de todos.






ORACIÓN POSTCOMUNIÓN 
Audjuvit nos quǽsumus, Dómine, gloriósæ tuæ Genetrícis sempérque Vírginis Mariæ, intercéssio veneránda: ut, quos perpétuis cumulávit benefíciis, ea quæ agénda sunt júgiter vidére fáciat, et ad implénda quæ víderint convaléscere: Qui vivis et regnas cun Deo Patre in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sæcula sæculórum. R. Amen..
Te pedimos, Señor, que nos ayude la venerada intercesión de tu gloriosa Madre y siempre Virgen María; para que, a los que colmó de perpetuos beneficios, libre de todos los peligros, los haga concordes con su piedad. A ti que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.  R. Amén.













Partituras de los propios

Audiciones de los propios