sábado, 23 de marzo de 2024

SÁBADO DE LA I SEMANA DE PASION

 


SÁBADO DE LA I SEMANA DE PASIÓN

Estación en San Juan ante Portam Latinam

 

SABBATO POST DOMINICAM DE PASSIONE

Statio ad S. Joannem ante Portam Latinam

 

Idea dominante de la Misa de esta Feria: Nuestra oración humilde y nuestra penitencia nos hacen agradables a Dios.

 

INTROITO Salmo 30, 10. 16. 18

MISERÉRE mihi, Dómine, quóniam tríbulor: líbera me, et éripe me de mánibus inimicórum meórum, et a persequéntibus me: Dómine, non confúndar, quóniam invocávi te. V/.  In te, Dómine, sperávi, non confúndar in aetérnum: in justítia tua líbera me. Miserére mihi.

Apiádate de mí, oh Señor, porque me veo atribulado; líbrame del poder de mis enemigos y de aquellos que me persiguen; oh Señor, no quede yo confundido, ya que te he invocado. V/. Señor, en ti tengo puesta mi esperanza; no quede yo para siempre confundido: sálvame, pues eres justo. Apiádate.

 

COLECTA

PROFÍCIAT, quaésumus, Dómine, plebs tibi dicáta piae devotiónis afféctu: ut sacris actiónibus erudíta, quanto majestáti tuae fit grátior, tanto donis potióribus augeátur.  Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

 

TE  ROGAMOS, Señor, que adelante en deseos de una devoción piadosa el pueblo a ti consagrado, para que instruido en las acciones sagradas, cuanto más grato se haga a tu majestad, tanto más preciosos dones reciba. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

EPÍSTOLA  Jeremías 18,18-23

LÉCTIO JEREMÍAE PROPHÉTAE.

IN diébus illis: Dixérunt ímpii Judaéi ad ínvicem: Veníte, et cogitémus contra justum cogitatiónes: non enim períbit lex a sacerdóte, neque consílium a sapiénte, nec sermo a prophéta: veníte, et percutiámus eum lingua, et non attendámus ad univérsos sermónes ejus. Atténde, Dómine, ad me, et audi vocem adversariórum meórum. Numquid rédditur pro bono malum, quia fodérunt fóveam ánimae meae? Recordáre, quod stéterim in conspéctu tuo, ut lóquerer pro eis bonum, et avérterem indignatiónem tuam ab eis. Proptérea da fílios eórum in famem, et deduc eos in manus gládii: fiant uxóres eórum absque líberis, et víduae: et viri eárum interficiántur morte: júvenes eórum confodiántur gládio in praélio. Audiátur clamor de dómibus eórum: addúces enim super eos latrónem repénte: quia fodérunt fóveam, ut cáperent me, et láqueos abscondérunt pédibus meis. Tu autem, Dómine, scis omne consílium eórum advérsum me in mortem: ne propitiéris iniquitáti eórum, et peccátum eórum a fácie tua non deleátur. Fiant corruéntes in conspéctu tuo, in témpore furóris tui abútere eis, Dómine Deus noster.

LECCIÓN DEL PROFETA JEREMÍAS.

En aquellos días: Dijeron entre sí los impíos judíos: «Venga, tramemos un plan contra el justo porque no faltará la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta. Venga, vamos a hablar mal de él y no hagamos caso de sus oráculos». Hazme caso, Señor, escucha lo que dicen mis oponentes. ¿Se paga el bien con el mal?, ¡pues me han cavado una fosa! Recuerda que estuve ante ti, pidiendo clemencia por ellos, para apartar tu cólera. Pues entrega sus hijos al hambre, que queden a merced de la espada, y sus mujeres viudas y sin hijos; que los hombres mueran asesinados, los jóvenes acribillados en la guerra. Que se oigan gritos en las casas cuando envíes salteadores de improviso, pues cavaron una fosa para atraparme, escondieron trampas a mi paso. Señor, tú conoces muy bien sus planes homicidas contra mí. No pases por alto su crimen, no apartes de tu vista su pecado. Que caigan derribados a tus pies, atácalos cuando estalle tu cólera, Señor Dios nuestro.

 

GRADUALSalmo 34, 20 y 22

Pacífice loquebántur mihi inimíci mei: et in ira molésti erant mihi. V/. Vidísti, Dómine, ne síleas: ne discédas a me.

Me hablaban con señales de paz mis enemigos, y en la ira me eran molestos. V/. Tú lo has visto, Señor, no calles por más tiempo y  no te apartes de mí.

 

EVANGELIO Juan 12,10-36.

SEQUÉNTIA SANCTI EVANGÉLII SECÚNDUM JOÁNNEM.

IN illo témpore: Cogitavérunt príncipes sacerdótum ut et Lázarum interfícerent: quia multi propter illum abíbant ex Judaéis, et credébant in Jesum. In crástinum autem turba multa, quae vénerat ad diem festum, cum audíssent quia venit Jesus Jerosólymam, accepérunt ramos palmárum, et processérunt óbviam ei, et clamábant: Hosánna, benedíctus qui venit in nómine Dómini, Rex Israël. Et invénit Jesus aséllum, et sedit super eum, sicut scriptum est: Noli timére, fília Sion: ecce Rex tuus venit sedens super pullum ásinae. Haec non cognovérunt discípuli ejus primum: sed quando glorificátus est Jesus, tunc recordáti sunt quia haec erant scripta de eo: et haec fecérunt ei. Testimónium ergo perhibébat turba, quae erat cum eo, quando Lázarum vocávit de monuménto, et suscitávit eum a mórtuis. Proptérea et óbviam venit ei turba: quia audiérunt eum fecísse hoc signum. Pharisaéi ergo dixérunt ad semetípsos: Vidétis quia nihil profícimus? Ecce mundus totus post eum ábiit. Erant autem quidam gentíles ex his, qui ascénderant ut adorárent in die festo. Hi ergo accessérunt ad Philíppum, qui erat a Bethsáida Galilaéae: et rogábant eum, dicéntes: Dómine, vólumus Jesum vidére. Venit Philíppus, et dicit Andréae: Andréas rursum et Philíppus dixérunt Jesu. Jesus autem respóndit eis, dicens: Venit hora, ut clarificétur Fílius hóminis. Amen, amen dico vobis, nisi granum fruménti cadens in terram, mórtuum fúerit, ipsum solum manet: si autem mórtuum fúerit, multum fructum affert. Qui amat ánimam suam, perdet eam: et qui odit ánimam suam in hoc mundo, in vitam aetérnam custódit eam. Si quis mihi minístrat, me sequátur: et ubi sum ego, illic et miníster meus erit. Si quis mihi ministráverit, honorificábit eum Pater meus. Nunc ánima mea turbáta est. Et quid dicam? Pater, salvífica me ex hac hora. Sed proptérea veni in horam hanc. Pater, clarífica nomen tuum. Venit ergo vox de caelo: Et clarificávi, et íterum clarificábo. Turba ergo, quae stabat et audíerat, dicébat tonítruum esse factum. Alii dicébant: Angelus ei locútus est. Respóndit Jesus, et dixit: Non propter me haec vox venit, sed propter vos. Nunc judícium est mundi, nunc princeps hujus mundi ejiciétur foras. Et ego si exaltátus fúero a terra, ómnia traham ad meípsum. (Hoc autem dicébat, signíficans qua morte esset moritúrus). Respóndit ei turba: Nos audívimus ex lege, quia Christus manet in aetérnum, et quómodo tu dicis: Opórtet exaltári Fílium hóminis? Quis est iste Fílius hóminis? Dixit ergo eis Jesus: Adhuc módicum lumen in vobis est. Ambuláte dum lucem habétis, ut non vos ténebrae comprehéndant: et qui ámbulat in ténebris, nescit quo vadat. Dum lucem habétis, crédite in lucem: ut fílii lucis sitis. Haec locútus est Jesus: et ábiit, et abscóndit se ab eis.

CONTINUACIÓN DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN

En aquel tiempo: Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús. Al día siguiente, la gran multitud de gente que había venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, tomaron ramos de palmeras y salieron a su encuentro gritando: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel». Encontrando Jesús un pollino montó sobre él, como está escrito: «No temas, hija de Sión; he aquí que viene tu Rey, sentado sobre un pollino de asna». Estas cosas no las comprendieron sus discípulos al principio, pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que esto estaba escrito acerca de él y que así lo habían hecho para con él. Entre la gente que daba testimonio se encontraban los que habían estado con él cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos. Por esto, también le salió al encuentro la muchedumbre porque habían oído que él había hecho este signo. Por su parte, los fariseos se dijeron a sí mismos: «Veis que no adelantáis nada. He aquí que todo el mundo le sigue». Entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; estos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, queremos ver a Jesús». Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré? ¿Padre, líbrame de esta hora? Pero si por esto he venido, para esta hora: Padre, glorifica tu nombre». Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo». La gente que estaba allí y lo oyó, decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí». Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir. La gente le replicó: «La Escritura nos dice que el Mesías permanecerá para siempre; ¿cómo dices tú que el Hijo del hombre tiene que ser levantado en alto? ¿Quién es ese Hijo de hombre?». Jesús les contestó: «Todavía os queda un poco de luz; caminad mientras tenéis luz, antes de que os sorprendan las tinieblas. El que camina en tinieblas no sabe adónde va; mientras hay luz, creed en la luz, para que seáis hijos de la luz». Esto dijo Jesús y se fue y se escondió de ellos.

 

OFERTORIO Ps. 118, 12, 121 et 42

Benedíctus es, Dómine, doce me justificatiónes tuas: et non tradas calumniántibus me supérbis: et respondébo exprobrántibus mihi verbum.

Bendito eres, oh Señor, enséñame tus justos preceptos; no me entregues a los soberbios que me calumnian, y responderé a quienes me insultaren

 

SECRETA

A CUNCTIS nos, quaésumus, Dómine, reátibus et perículis propitiátus absólve: quos tanti mystérii tríbuis esse consórtes.  Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,

TE ROGAMOS, Señor, que a cuantos nos concedes participar de tan gran misterio, nos libres de todas las culpas y peligros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

 

PREFACIO DE LA SANTA CRUZ

Vere dignum et justum est, aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui salutem humani generis in ligno crucis constituisti: ut, unde mors oriebatur, inde vita resurgeret: et qui in ligno vincebat, in ligno quoque vinceretur, per Christum Dominum nostrum. Per quem majestatem tuam laudant Angeli, adorant Dominationes, tremunt Potestates. Coeli, coelorumque Virtutes, ac beata Seraphim, socia exsultatione concelebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admitti jubeas, deprecamur, supplici confessione dicentes:

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que pusiste la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que de donde salió la muerte, saliese la vida, y el que en un árbol venció, en un árbol fuese vencido por Cristo nuestro Señor; por quien alaban los Ángeles a tu majestad, la adoran las dominaciones, la temen las Potestades y la celebran con igual júbilo los Cielos, las Vírgenes de los cielos y los bienaventurados Serafines. Te rogamos, que, con sus voces admitas también las de los que decimos, con humilde confesión

 

COMUNIÓN Salmo 26, 12

Ne tradíderis me, Dómine, in ánimas persequéntium me: quóniam insurrexérunt in me testes iníqui, et mentíta est iníquitas sibi.

No me abandones a los deseos de mis perseguidores, porque han conspirado contra mí testigos inicuos, y la iniquidad inspira sus falsedades.

 

POSCOMUNIÓN

DIVÍNI múneris largitáte satiáti, quaésumus, Dómine Deus noster: ut hujus semper participatióne vivámus. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

 

Saciados generosamente con este divino don, te rogamos, señor Dios nuestro, que vivamos siempre de su participación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Orémus. Humiliáte cápita vestra Deo.

 

TUEÁTUR, quaésumus, Dómine, déxtera tua pópulum deprecántem: et purificátum dignánter erúdiat; ut consolatióne praesénti, ad futúra bona profíciat. Per Dóminum. Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Oremos. Humillad ante Dios vuestras cabezas

Te rogamos, Señor, que tu poder defienda al pueblo suplicante y que, después de purificarle, le instruyas dignamente; para que con el consuelo presente se  prepare a los bienes futuros.  Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

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SÁBADO DE LA I SEMANA DE PASIÓN. GUÍA DE LOS FIELES PARA LA SANTA MISA CANTADA