viernes, 24 de septiembre de 2021

XVIII domingo después de Pentecostés

XVIII DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

II clase, verde

Gloria, credo y prefacio de la Santísima Trinidad

Todos los cánticos de la misa de este domingo están tomados de una antigua liturgia de dedicación y se refieren a una consagración de iglesia. Expresan la alegría del cristiano al poder venir a la casa del Señor a ofrecer la sola alabanza y el solo sacrificio dignos de él.

Ese perdón y de esa regaladísima paz, propia de la casa del Señor, -expresados en los cánticos de este día-, (Gradual) se goza en la santa Iglesia, debido al poder de las llaves que Cristo concedió a todos los sacerdotes en virtud del cual el sacerdote nos dice lo mismo que Jesús: "Perdonados te son tus pecados". Y, en efecto, por esa palabra sacramental quedamos libres de su peso, y curados además de nuestra espiritual parálisis (Evangelio). Los nuevos ungidos del Señor serán también los encargados de predicarnos la doctrina salvadora de Cristo (Epístola), y de celebrar el Santo Sacrificio; preparando de esa manera a la humanidad para que pueda presentarse confiada ante el Supremo Juez de vivos y muertos (Epístola). Precisamente, durante estos últimos domingos, la Iglesia insistirá a menudo en el pensamiento de la venida de Jesucristo, cuando a imitación del Señor de la parábola evangélica, volverá a pedirnos cuenta, de cómo hemos empleado el tesoro que un día nos confió para que negociáramos. Otros conceptos de la Epístola de hoy son para ser meditados, ¡Qué cuenta tan estrecha deberá rendir el cristiano, nadando como nada en un río de gracias! Y ¡cómo dilapidamos la rica herencia, cómo despreciamos las facilidades para salvamos, predicaciones, sacramentos! Si se hubiesen dado a otros, ¿no hubiera sido mayor su fruto?

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Para entender bien la liturgia de esta Domínica,  conviene recordar que en el Misal las Cuatro Témporas de Septiembre, destinadas no tan sólo a obtener la bendición de Dios sobre la Naturaleza, sino principalmente a la ordenación de nuevos ministros del Santuario. Por eso en el Salmo del Introito y del Gradual, vemos expresados los sentimientos más conmovedores de los que tienen la dicha de acercarse a la casa de Señor, al templo santo. Y como nada más propio de los ministros de Dios que el altar y los sacrificios, por ello el Ofertorio recuerda el altar y el sacrificio que Moisés ofreció al Señor en presencia de todo el pueblo después de su alianza con el Dios de Israel en el Sinaí. En la Colecta suplicamos la gracia de ser en todo agradables al Señor, y como esto no lo podemos alcanzar con solas nuestras fuerzas, por lo mismo imploremos la misericordia divina. Las gracias de que se alegra el Apóstol San Pablo en la Epístola hayan recibido los fieles de Corinto, pueden aplicarse a las del estado sacerdotal a que han sido elevados los nuevos presbíteros. La potestad de perdonar los pecados que han recibido los sacerdotes, nos la recuerda muy oportunamente el santo Evangelio al enseñarnos que Jesucristo tuvo y ejercitó esta divina potestad. El mismo la comunicó después a los Apóstoles y a sus sucesores.

INTROITO Eclesiástico 36, 18. Salmo 121, 1

Da pacem, Dómine, sustinéntibus te, ut prophétæ tui fidéles inveniántur: plebis tuæ Israël. V/. Lætátus sum in his, quæ dicta sunt mihi: in domum Dómini íbimus. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amén

Dad, Señor, la paz a los que en Vos confían, para que se vea la veracidad de vuestros Profetas; oíd las oraciones de vuestro siervo y de vuestro pueblo Israel. V/.  Me he alegrado en lo que me han dicho: iremos a la casa del Señor. V/.  Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén.

COLECTA

Todo es gracia en nosotros,  comenzado por la posibilidad de agradar a Dios.-

Dirigat corda nostra, quǽsumus, Dómine, tuæ miseratiónis operátio: quia sine te placére non póssumus. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Os rogamos, Señor, que la acción de vuestra misericordia dirija nuestros corazones; porque sin vuestra gracia no podemos agradaros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

EPÍSTOLA Corintios 1,4-8

Por grande que sea ya en la tierra, la vocación del cristiano le prepara esencialmente para virir en la presencia de Dios en el cielo.-

Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Corínthios.

Fratres: Grátias ago Deo meo semper pro vobis in grátia Dei, quæ data est vobis in Christo Jesu: quod in ómnibus dívites facti estis in illo, in omni verbo, et in omni sciéntia: sicut testimónium Christi confirmátum est in vobis: ita ut nihil vobis desit in ulla grátia, expectántibus revelatiónem Dómini nostri Iesu Christi, qui et confirmábit vos usque ad finem sine crímine, in die advéntus Dómini nostri Jesu Christi.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Corintios.

Hermanos: En mi Acción de Gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por Él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros, en el tribunal de Jesucristo Señor Nuestro.

GRADUAL Salmo 121, 1. 7

Lætátus sum in his, quæ dicta sunt mihi: in domum Dómini íbimus. V/.  Fiat pax in virtúte tua: et abundántia in túrribus tuis..

Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor. V/.  Haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios.

ALELUYA Salmo 101,16

Allelúja, allelúja. V/.  Timébunt gentes nomen tuum, Dómine: et omnes reges terræ glóriam tuam. Allelúja.

Aleluya, aleluya. V/.  Los pueblos temerán tu nombre, los reyes del mundo, tu gloria. Aleluya.

EVANGELIO Mateo 9, 1-8

Dios es el único que puede perdonar los pecados. Y Jesús, porque es Dios, los ha perdonado y ha dado a los sacerdotes el poder de perdonarlos también ellos en su nombre.

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthǽum.

In illo témpore:. Ascéndens in navículam transfretávit, et venit in civitátem suam. Et ecce offerébant ei paralýticum jacéntem in lecto. Et videns Jesus fidem illórum, dixit paralýtico: "Confíde fili, remittúntur tibi peccáta tua." Et ecce quidam de scribis dixérunt intra se: "Hic blasphemat." Et cum vidísset Jesus cogitatiónes eorum, dixit: "Ut quid cogitátis mala in córdibus vestris? Quid est facílius dícere: 'Dimittíntur tibi peccata,' aut dícere 'Surge, et ambula?'" Ut autem sciátis quia Fílius hóminis habet potestátem in terra dimitténdi peccáta, tunc ait paralýtico: "Surge, tolle lectum tuum, et vade in domum tuam." Et surréxit, et abiit in domum suam. Vidéntes autem turbæ timuérunt, et glorificavérunt Deum, qui dedit potestátem talem homínibus.

Lectura del Santo Evangelio según san Mateo.

En aquel tiempo subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. y le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Jesús, al ver la fe que tenía, dijo al paralítico: ¡Ánimo, hijo!, tus pecados quedan perdonados. A esto algunos de los letrados se dijeron: Éste blasfema. Pero Jesús, leyendo sus pensamientos, les dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestro corazón? ¿Qué es más fácil: decir "tus pecados quedan perdonados", o decir "levántate y anda"? Pues, para que veáis que el Hijo del Hombre tiene en la tierra potestad para perdonar pecados dijo dirigiéndose al paralítico-: Levántate, coge tu camilla, y vete a tu casa. Y él, levantándose, se fue a su casa. El pueblo, al ver esto, quedó sobrecogido y glorificaba a Dios, que da tal potestad a los hombres.

Se dice Credo

OFERTORIO Éxódo 24, 4-5

Sanctificávit Móyses altáre Dómino, ófferens super illud holocáusta, et ímmolans víctimas: fecit sacrifícium vespertínum in odorem suavitátis Dómino Deo, in conspéctu filiórum Israël.

Consagró Moisés el altar al Señor, ofreciendo sobre él sacrificios e inmolando víctimas. Ofreció el sacrificio de la tarde para aplacar al Señor delante de todos los hijos de Israel.

SECRETA

Deus, qui per nos hujus sacrifícii veneránda comércia, uníus summæ divinitátis partícipes éfficis: præsta quǽsumus; ut, sicut tuam cognócimus veritátem, sic eam dignis móribus assequámur.  Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus,

Oh Dios, que nos habéis hecho participantes de vuestra sola y única Divinidad por medio de este sacr1flclo; os rogamos nos concedáis que, así como conocemos la verdad de vuestros dogmas, así vivamos santamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios

PREFACIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus: Qui cum unigénito Fílio tuo, et Spíritu Sancto, unus es Deus, unus es Dóminus: non in uníus singularitáte persónæ, sed in uníus Trinitáte substántiæ. Quod enim de tua gloria, revelánte te, crédimus, hoc de Fílio tuo, hoc de Spíritu Sancto, sine differéntia discretiónis sentimus. Ut in confessióne veræ sempiternáeque Deitátis, et in persónis propríetas, et in esséntia únitas, et in majestáte adorétur æquálitas. Quam laudant Angeli atque Archángeli, Chérubim quoque ac Séraphim: qui non cessant clamáre quotídie, una voce dicéntes:

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que con tu unigénito Hijo y con el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor, no en la individualidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Por lo cual, cuanto nos has revelado de tu gloria, lo creemos también de tu Hijo y del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De suerte, que confesando una verdadera y eterna Divinidad, adoramos la propiedad en las personas, la unidad en la esencia, y la igualdad en la majestad, la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Arcángeles, los Serafines, que no cesan de cantar a diario, diciendo a una voz.

COMUNIÓN Salmo 95, 8-9

Tóllite hóstias, et introíte in átria ejus: adoráte Dóminum in aula sancta ejus.

Tomad ofrendas y entrad en su templo; adorad al Señor en su santa morada.

POSCOMUNIÓN

Grátias tibi ref'érimus, Dómine, sacro múnere vegetáti: tuam misericórdiam deprecántes; ut dignos nos ejus participatióne perfícias. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Os damos gracias, Señor, después de alimentarnos con vuestros sagrados dones; y suplicamos a vuestra misericordia que nos perfeccionéis con su participación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.



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